miércoles, 22 de mayo de 2013

Un rincón de Asia en Heidelberg

No sabríamos decir cuántos de los 147.000 habitantes de Heidelberg son de origen asiático. Lo que sí es evidente para cualquiera que pasee por sus calles es que son muchos. Y como son muchos, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid (o el Neckar por Heidelberg), los negocios entorno a la cultura asiática surgen aquí como churros.


Si en cualquier parte hay un número apreciable de restaurantes chinos o similares, aquí no podía ser menos. Chinos, japoneses, malayos,... toda la geografía oriental tiene su hueco en Heidelberg. Algunos de estos restaurantes tienen un ambiente bastante más auténtico que el restaurante asiático medio en España. Por decirlo de algún modo, se nota que algunos de los establecimientos no son únicamente para turistas, sino para clientela nativa.


Aparte de los restaurantes, hay un local que merece la pena destacar: se trata del Tiger und Dragon's.
 


El sitio llama la atención nada más entrar. Es como encontrarte de repente en una tienda que perfectamente podría existir en mitad de Japón.

Es un supermercado de lo más pintoresco, completamente dedicado a la venta de todo tipo de productos de cocina asiática, como por ejemplo:










¿Es Japón? ¿Es Indonesia? No... es Heidelberg













Prácticamente ninguno de los productos tiene información en un idioma inteligible. Como mucho en inglés. Algunas cosas, en alemán. En español solamente algunas marcas de frutas o zumos raros de origen filipino con nombres como "Soleado" o "Papaya" o cosas así, nombres elegidos por algún comerciante indio o malayo para darle un aire exótico a su producto.

 

Cualquiera sabe lo que venden...

Aquí por lo menos ponen foto

Así pues, ilusionados con el lugar recién descubierto, fuimos paseando por entre cajas con nombres extraños y delirantes logotipos publicitarios (como el detergente de Homer). Algunas cosas son conocidas. El resto, depende del estómago de cada uno.

Un congelador con Tofu junto a un muestrario de... de... bueno, de eso de ahí


Sección menaje del hogar, para quitarle a uno la excusa de "compraremos aquí otro día, cuando tengamos los cacharritos adecuados para preparar y servir". Ups.


Como en toda tienda que se precie, variedad para el cliente.
Aquí los "cubiertos".






















Buscando "Sake" terminamos en la zona de bebidas... Y acabamos encontrando esto de por aquí (y eso que no cabe todo en la foto).


Licores y bebidas marca "A ver si te atreves"

Esto puede ser para beber o puede ser un ambientador






















No da mucha confianza. Así que decidimos ser más cautos. Y pensamos: como todos sabemos, a los asiáticos les gusta el pescado, igual que a los españoles.


 En esta tienda tienen que vender pescado (cosa por cierto no fácil de encontrar por esta zona de Alemania, al menos no bueno y en abundancia, del fresco ya ni hablamos). Pues bien, el Tigre y dragón resultó un poco decepcionante en cuanto a las delicias del mar...




Huele mal hasta congelado (inaudito)



Al final, compramos pan de gamba (buenísimo), y varios sobrecitos con pasta liofilizada muy buena. Nos atrevimos también con los calamares congelados (error). El sucedáneo de bocata de calamares no resultó mucho. El postre fueron unos aperitivos japoneses de arroz inflado que habíamos probado en Madrid y estaban ricos. La pena fue no fijarse en que éstos llevaban Wasabi: para tirar.

En cualquier caso, merece la pena seguir explorando lo que nos ofrece Tiger und Dragon's y probar las maravillosas latas de algo de la India o los paquetitos de arroces y fideos varios. ¡Volveremos!





domingo, 10 de marzo de 2013

Zum Philosophenweg


El Camino de los Filósofos (Philosophenweg) es probablemente el paseo más popular de Heidelberg. Es una de las visitas obligadas para todo aquel que venga a visitarla y quiera contemplar las mejores vistas de la ciudad. No en vano, muchas de las postales de la ciudad están tomadas desde aquí.

El camino se encuentra en una de las laderas del monte Heiligenberg, junto a la orilla del río Neckar. El Neckar, a su paso por Heidelberg, pasa entre dos montes: el citado Heiligenberg (El Monte Sagrado, nombre que da origen a la ciudad) y el Königstuhl (La Silla del Rey). El Altstadt, o Casco Antiguo de Heidelberg, está al pie del Königstuhl, dominado por el famoso castillo.
El Camino de los Filósofos se encuentra pues en el monte de enfrente, al otro lado del río.  Así, es una posición elevada (más o menos está a la misma altura del castillo), y ofrece por ello unas vistas excelentes.

Desde casa, para llegar al Philosophenweg, no hay que andar demasiado. La calle más interesante es la Ladenburgerstrasse. Es una calle llena de edificios de principios de siglo (curiosamente, muchos de ellos son de 1902). También hay una casa del siglo XVII. En una bonita plaza (Bürgeramt Marktplatz), donde cada sábado se celebra un mercado de delicatessen al aire libre, encontramos una ermita de aspecto medieval. En este mercado tomamos las fotos del puesto de pescado fresco (...)

Una de las casas de la Ladenburgerstrasse


Casa construída en el siglo XVII en la Ladenburgerstrasse

Un Biergarten (literalmente Jardín de la Cerveza). Son sitios agradables y muy típicos donde tomar unas buenas y voluminosas cervezas.
Muy bonito nombre, por cierto.



Al final de la calle, nos topamos con la subida al Philosophenweg. El camino toma su nombre de la costumbre que tenían los profesores y sabios de la Universidad, popularizada por los poetas románticos alemanes del XIX, de pasear por este camino, conversando de lo Divino y lo humano mientras contemplaban el Neckar y el Altstadt. Quién sabe las profundas cavilaciones que verían sus senderos.

Por lo que parece, lo que sí vieron estos parajes es duelos a espada o con arma de fuego entre estudiantes, en el siglo XIX. Parece que el bosque que rodea el camino era el sitio elegido para tan curiosa costumbre decimonónica.

Por si queda alguna duda de por dónde se va

Aquí empieza la subida

A juzgar por la pendiente, los filósofos tenían buenas piernas

Vista del Philosophenweg, con Heidelberg al fondo


En el centro, se puede ver la Mensa, o comedor para los estudiantes (el edificio flanqueado por dos torres redondas)

Una imagen de postal

En primer plano, el Puente de Karl-Theodor


En las zonas de parque que acompañan a la senda, hay diferentes monolitos que recuerdan a varios de los personajes célebres que pasearon por aquí. Subiendo al monte Heiligenberg hay otras cosas dignas de mención, que iremos relatando en sucesivos artículos.


domingo, 3 de marzo de 2013

Ich hab' mein Herd in Heidelberg verloren

Canción popular de Heidelberg

Si hay una canción verdaderamente popular en Heidelberg, una especie de "himno" de la ciudad, esta es "Ich hab' mein Herd in Heidelberg verloren", cuya traducción es "Perdí mi corazón en Heidelberg". Es una de las canciones que pudimos oir en "Zum Roten Ochsen", cantada alegremente por toda la concurrencia. Fue una pena que no supiésemos la letra de memoria para poder cantar con ellos. Así pues, vamos a conocerla...

El compositor Friedrich Raimund Vesely (1900–1954), alias Fred Raymond, fue el tercer hijo de Vincent Vesely y su esposa Enriqueta, ambos austricacos de origen checo.  
Escribió muchas operetas y composiciones para películas. En 1927 compuso sobre la letra de Fritz Löhner-Beda y Ernst Neubach de 1925 una comedia musical de la canción Ich hab mein Herz in Heidelberg verloren (Yo perdí mi corazón en Heidelberg), con la que ya se hizo mundialmente famoso




Ich hab' mein Herd in Heidelberg verloren
He perdido mi corazón en Heidelberg

Es war an einem Abend, 
Era una noche,
Als ich kaum 20 Jahr'. 
Cuando yo tenía apenas veinte años
Da küsste mich mein Liebster  
Aquel beso con mi amor
 Und strich mir über's Haar.  
Y me acariciaba el cabello.
Die Nacht war blau und selig,  
La noche estaba azul y dichosa,
Der Neckar silberklar, 
el Neckar plateado
Da wusste ich, ja da wusste ich, 
Entonces supe, entonces lo supe,
Was mit mir geschehen war:  
Qué me había sucedido a mí:

Ich hab' mein Herz in Heidelberg verloren,
He perdido mi corazón en Heidelberg,

In einer lauen Sommernacht.
en una balsámica noche de verano.
Ich war verliebt bis über beide Ohren
Yo estaba enamorado hasta por encima de mis orejas
Und überglücklich hat mein Mund gelacht.
Y lleno de alegría mi boca se rió.
Und als wir Abschied nahmen vor den Toren
Y cuando nos despedimos en la puerta
Beim letzten Kuss, da hab ich's klar erkannt:
En el último beso, entonces lo tenía yo ya bien claro:
Dass ich mein Herz in Heidelberg verloren.
Que yo perdí mi corazón en Heidelberg.
Mein Herz, es schlägt am Neckarstrand.
Mi corazón, late en la playa del río Neckar.

Und wieder blüht wie damals
Y florece de nuevo como entonces
Am Neckarstrand der Wein,
En la playa del Neckar, el vino
Die Jahre sind vergangen,
Los años han pasado,
Und ich bin ganz allein.
Y yo estoy completamente solo.
Und solltet ihr danach fragen
Y entonces usted debe preguntar
Warum ich ihn nicht nahm,
Por qué yo no lo tomé
Nun dann sag ich euch, ja dann sag ich euch,
 Bueno, entonces déjame decirte que sí, entonces me lo dirá,
Wie es denn dazu kam.
Y cómo es que usted llegó


Ich hab' mein Herz in Heidelberg verloren,
He perdido mi corazón en Heidelberg,

In einer lauen Sommernacht.
en una balsámica noche de verano.
Ich war verliebt bis über beide Ohren
Yo estaba enamorado hasta por encima de mis orejas
Und überglücklich hat mein Mund gelacht.
Y lleno de alegría mi boca se rió.
Und als wir Abschied nahmen vor den Toren
Y cuando nos despedimos en la puerta
Beim letzten Kuss, da hab ich's klar erkannt:
En el último beso, entonces lo tenía yo ya bien claro:
Dass ich mein Herz in Heidelberg verloren.
Que yo perdí mi corazón en Heidelberg.
Mein Herz, es schlägt am Neckarstrand.
Mi corazón, late en la playa del río Neckar.




* Paseo por Heidelberg de la mano de Eva Lind, soprano austriaca muy conocida



* Otras agradables vistas de la ciudad





* Con las notas del piano y un señor a punto de quedarse dormido 


sábado, 2 de marzo de 2013

Una noche en "Zum Roten Ochsen"

Para aquellos que no lo sepáis, "Zum Roten Ochsen" (El buey rojo) es nuestro lugar preferido de Heidelberg. Se trata de un restaurante tradicional, con 300 años de historia, y uno de los sitios de reunión por antonomasia para los estudiantes de la Universidad de Heidelberg.

¡Animaos a venir!
El local tiene un ambiente muy particular, con sus mesas de madera llenas de marcas a cuchillo de los que pasaron por allí, sus fotografías antiguas, con personajes tales como el Kaiser Guillermo, grupos de estudiantes de otras épocas, la familia Spengel (encargada del restaurante desde hace generaciones), etc. Sin duda, el centro del salón es el piano, donde cada noche un pianista diferente (se van turnando entre diferentes locales de Heidelberg) acompaña con todo tipo de canciones, sobre todo populares alemanas.

La comida es abundante y deliciosa. Platos tradicionales alemanes y, por supuesto, ¡cerveza!. Tienen weißwein (algo parecido a la sidra, muy típico de la zona), que nos gusta mucho. Solemos pedir un plato que lleva una salchicha bien grande de estas blancas (weißwurst), sauerkraut (el famoso "chucrut", o col fermentada), puré de patatas, y una especie de "hamburguesa" que se hace llenando una tripa de vaca con carne picada. Si pides una Heidelberger Pilsener, te traen una jarra muy respetable de cerveza (vale por dos jarras españolas). De postre, nuestros preferidos son: el sorbete de limón al cava (esto no es muy alemán, pero bueno) y el äpfelstrudel (la famosa tarta de manzana). Aquí lo hacen riquísimo, y con un helado de vainilla buenísimo. También hemos probado una especie de orujo que se toman por aquí y que ayuda a digerir la cosa...

En Heidelberg, la gente es de lo más agradable. Ayer mismo conocimos aquí a un grupo de amigos alemanes (bueno, uno de ellos era austríaco), antiguos estudiantes de la Universidad. Según nos contaron, se reúnen de cuando en cuando para recordar aquellos años y mantener su amistad. Uno de ellos, Hans, hablaba un perfecto español, y enseguida se lanzó a hablar con nosotros. Estuvimos con ellos toda la noche, cenando, escuchando como cantaban infinidad de canciones populares alemanas acompañados al piano por otro amigo.




Uno de ellos cantaba especialmente bien, e hizo de tenor mientras todo el local seguía las canciones cerveza en alto. Incluso, nos dedicaron un par de canciones españolas (es la primera vez que oigo cantar "Granada" en alemán, y el "Que viva España" cantado por todo el local a viva voz). Una noche memorable con una gente encantadora con la que pretendemos seguir el contacto en Heidelberg.

Aquí tenéis la página del sitio, para que le echéis un vistazo.

http://www.roterochsen.de/

La televisión alemana

Para empezar, hemos seleccionado algunos de los momentos más impactantes en nuestro deambular con el mando por los canales de la televisión alemana. De acuerdo que en España lo mejor que se puede hacer con la tele es apagarla, pero aquí tampoco andan muy por detrás...

Para muestra, un par de botones:

Atención a los concursantes de un programa de jóvenes "promesas"...


Esta es la estrella principal, el primo alemán de Falete.

Atención a la espalda de nuestro amigo.

El presentador es el hijo que Brian y Justin afortunadamente no tuvieron



¿Son otra panda de tirados? ¡No! ¡Es el jurado!





¡Ele! ¡Harsa! ¡Qué arte tiene er niño!


Algunos se lo toman en serio, otros miran a un lado con vergüenza ajena


Este el malote del grupo

El presentador desesperado

Sin comentarios

Idem


Otro de los momentos culminantes lo tuvimos al hacer "zapping" para ver cómo era "La bruja Lola" alemana.  Resulta que en esto cumplen el tópico. Atención:

Se comenta solo



Exacto, la bruja Lola aquí es un señor del banco.



De nuevo en Heidelberg

Desde el pasado día 22 de febrero estamos de nuevo en Heidelberg. Así pues, retomamos el blog. Hemos cambiado de nombre (y de dirección), por otro mucho más adecuado: "Heidelberg in Anekdoten". Nuestro alemán no da para mucho, pero parece fácil adivinar lo que significa ¿verdad?. El nombre tiene una explicación. Se trata del título del primer libro que compré en alemán el verano pasado, con la esperanza de llegar algún día (esperemos que no muy lejano) a leerlo. Por ahora podemos entender el sentido general de cada capítulo, pero desde luego no leerlo todavía.

Esperamos que os guste la nueva etapa del blog, donde iremos recogiendo precisamente eso: las "Anekdoten" que nos sucedan en esta agradable ciudad, que empieza a formar parte de nosotros.

Muchos besos,

Mano y Sara

Una de las casas de nuestro barrio